lunes, marzo 10, 2008

Gente sublime



El sábado estuve de nuevo en la Tate Modern viendo una exposición de los three amigos: Man Ray, Duchamp y Picabia. Te pueden gustar las fotografías de Man Ray, la etapa cubista de Duchamp, la surrealista de Picabia, la destreza técnica de algunas de sus pinturas, los objetos surrealistas que crearon, entre muchos otros trabajos; pero lo que no te puede dejar, como dicen, indiferente, es el espíritu de cachondeo al que huelen sus obras.

En algunos de sus trabajos encuentras burlas: de su tiempo, de los marchantes y su avaricia, de los movimientos artísticos, de las métodos. La exposición de la Tate te sabe a anarquismo artístico: el todo vale, cualquier técnica, cualquier obra tiene su importancia y lógica (incluso etiquetar productos de fabricación cotidiana como obras de artes, con firma).

Algunas de sus obras tienen que ser explicadas por ser bromas, juegos de palabras, otras por ser aparentemente complejas, como el hecho de tener alter egos femeninos.

Muchas sensaciones, ideas, que te dejan cierto tufillo a envidia. Envidia por esos tres seres humanos que se gozaron su paso por la vida, gente, diría yo, liberada de todas esas ataduras que nos ponen y ayudamos a poner y que algunos, muy pocos, demasiados pocos, encuentran, desatan y queman.

Gente sublime mas por su desprendimiento que por sus obras.

Imagen: Man Ray, autoretrato

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