domingo, marzo 19, 2006

lunes, marzo 13, 2006

Relaciones, nexos, enredos


Me encanta cuando descubro enlaces entre ideas, cuando soy yo mismo el que las conecta, en mi mente egoísta y enferma. La mayoría resultarían estúpidas desde fuera (!vaya si lo reconozco!), pero a mi se me antoja delicioso saber la relación entre el color de una mariposa en un bosque periférico japonés y el patrón que forman las luces de una bicicleta en una calle en una noche sin luna. Esas pequeñas chispas, esos destellos abren mi curiosidad y, hoy, creo, es una de las pocas razones para vivir. Aunque nunca sepas cuando vendrá la próxima y si sabrá a la torta de antología que me comí hoy en la Tate Gallery después de ver la exposición del movimiento Bauhaus, en el últmo piso del edificio viendo el Támesis y con agradable compañía; O si tendrá la textura, el sabor del ácido que dejan las hormigas al caminar en un árbol amazónico.

Un barra vertical de un cuadro de Kandinsky puede traerme a la mente esa torre misteriosa de aquél pueblo Macondiano en el que viví y que todavía intento salvar de mi eficiente trituradora de recuerdos. Una figura imposible de Josef Albers que te revuelve el estómago y que convence al cuerpo para que ruegue dejar de ver; y la mente masoquista insiste mientras prepara una nueva visita al Tate Britain para ver aquél cuadro de Francis Bacon que produce la misma sensación insana.

Afuera, en el mundo que la gente llama real, siguen la maraña de relaciones personales, mas enredadas que nunca y que miro desde fuera a pesar de que el hilo me pertenezca. Las miro y me río y me burlo y adivino cómo enredarlas mas y las señalo con el indice mientras la otra mano sostiene mi estomago por la risa que me producen. La risa se transforma en risa nerviosa y mis ojos se tornan rojizos y ahora todo no es tan agradable.

Idea: Es un privilegio preocuparse solo por el próximo día. Planificar, proyectar, administrar el tiempo en unidades pequeñas.