Ermitaños
El cangrejo ermitaño es completamente vulnerable sin su concha, la concha de caracol. Gracias a la muerte del Caracol, el cangrejo ermitaño encuentra casas vacias, lugares donde meter y proteger la parte blanda y mas vulnerable de su cuerpo. Cuando encuentra una casa vacia, se apodera de ella luchando a muerte, si es necesario, para luego mudarse rápidamente. Una vez dentro expone sus grandes y duras tenazas para mantener a otros cangrejos fuera de su pequeño nicho.
El ser humano se considera completamente vulnerable sin modelos que seguir, sin guías que le eviten la molestia de pensar, de decidir por si mismos. Como el Cangrejo Ermitaño, es incapaz de construir una casa por si mismo: depende completamente de esas estúpidas, por asumidas, reglas gregarias y heredadas que nos inoculan durante toda nuestra vida. No creamos nuestro propio modelo, seguimos patrones (y a los patrones). Quemamos el tiempo de nuestra vida buscando una nueva casa ajena a la cual mudarnos. Somos tan soberbios que nos burlamos de las antiguas casas, como si hubieramos sido capaces de romper el ciclo, de liberarnos de ese sino triste.
Como el Cangrejo Ermitaño actuamos con disposición asesina para defender nuestra casa, nuestros modelos, nuestro modelo de vida, siempre erróneamente confirmado por el entorno.
... Y la vida se desvanece mientras migramos una y otra vez sin poder siquiera ser conscientes de su futilidad.