Casi en coma (Londres día 1)
He llegado a Londres por fin. Después de semanas y semanas preparando mi partida temporal del trabajo y de Madrid, e intentando dominar el caos que tenía en mi piso, he logrado llegar. Ha sido como el inicio de El desbarrancadero:
Cuando le abrieron la puerta entró sin saludar, subió la escalera, cruzó la segunda planta, llegó al cuarto del fondo, se desplomó en la cama y cayó en coma
No caí exactamente en coma pero casi. El viaje fue, digamos, normal (salvo que tuve que abrir la maleta y repartir el peso con la maleta de mano para poder viajar mientras la gente cotilleaba mi ropa y mi vida personal con voracidad). O me recogió en la estación de tren, fuimos a hacer una pequeña compra en un Sansbury y pagamos en una caja en la que pagas tu mismo. Si, muy modelno todo, pero eso de que una máquina te de órdenes no termina de convencer, por lo menos cuando las órdenes son a grito pelado: “por favor ponga el objeto en la bolsa!!”, “vuelva a dejar el objeto en la bolsa” (!!!!), “Se ha retirado la bolsa de la plataforma. Por favor póngala de nuevo” y mensajes similares.