sábado, agosto 19, 2006

Escaleras

El timbre de la puerta me despierta. Pienso en la desgracia que es bajar hasta la puerta y abrir. Me enfrento a las escaleras siniestras que me llevan a la calle. Recuerdo la odisea diaria de salir. Algo tan normal se ha convertido en mi mayor tormento. Largas, oscuras, siempre están esperándome, tratando de vencerme, de hacerme perder la razón, día tras día. Respiro profundo como quien quiere acumular energía justo antes de levantar un gran peso. Y las veo, oscuras, y peligrosas. Bajo con sumo cuidado, apoyándome en las paredes con mis brazos. Presumo un largo camino, como yendo al averno. El pomo está frío. Abro la puerta lentamente y veo dos mujeres jóvenes en la calle esperándome. Ojos negros apuntando hacia arriba, hacia mi. Pelos lisos y largos. Faldas hasta los tobillos y rebecas azules con el primer botón abrochado. Una de ellas sostiene una bandeja de plata con tres cascaras de limón usadas. Sin sonrisa pero con avidez me dice: “¿Tiene un minuto para su alma, es solo un minuto?”. “No!” y cierro la puerta con fortaleza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y tiene que volver a subir la escalera.

mXd-52 dijo...

Solo falta la roca que tienes (tenemos?) q rodar hasta al final..