lunes, diciembre 19, 2005

Casi en coma (Londres día 1)



He llegado a Londres por fin. Después de semanas y semanas preparando mi partida temporal del trabajo y de Madrid, e intentando dominar el caos que tenía en mi piso, he logrado llegar. Ha sido como el inicio de El desbarrancadero:


Cuando le abrieron la puerta entró sin saludar, subió la escalera, cruzó la segunda planta, llegó al cuarto del fondo, se desplomó en la cama y cayó en coma


No caí exactamente en coma pero casi. El viaje fue, digamos, normal (salvo que tuve que abrir la maleta y repartir el peso con la maleta de mano para poder viajar mientras la gente cotilleaba mi ropa y mi vida personal con voracidad). O me recogió en la estación de tren, fuimos a hacer una pequeña compra en un Sansbury y pagamos en una caja en la que pagas tu mismo. Si, muy modelno todo, pero eso de que una máquina te de órdenes no termina de convencer, por lo menos cuando las órdenes son a grito pelado: “por favor ponga el objeto en la bolsa!!”, “vuelva a dejar el objeto en la bolsa” (!!!!), “Se ha retirado la bolsa de la plataforma. Por favor póngala de nuevo” y mensajes similares.

sábado, diciembre 10, 2005

Extraña sensación


En las mañanas, antes de despertar, tengo una extraña sensación. En los pocos segundos que tardo en despertar totalmente, mi mente intenta reencontrarse con la historia de vida que dejó al dormir. Me siento como una serpiente que ha mudado de piel solo para dormir, piel que luego tendrá que volverse a poner. Un afán enfermizo de buscar la ropa que llevaba todo el día anterior (ropajes que cargan personalidades y, una y solo una historia personal). En esa búsqueda que a veces se me hace eterna, exploro muchos posibles caminos. Alguna vez pensé que despertaría siendo un médico depresivo de un gran hospital neoyorquino, bombero valiente pero con poco trabajo en Katmandú, conserje del palacio Real de algún monarca Africano, mendigo desterrado de las calles céntricas de Praga, un baquiano viejo de algún río tropical, un sicópata en tratamiento en algún psiquiátrico insalubre, un preso con cadena perpetua en alguna cárcel hacinada, un consultor engranaje de una gran empresa, un vendedor de lotería ciego que habla con confianza con el señor del quiosco, un vendedor de discos ilegales en una ciudad legalista, un joven ácrata propagador de ideas revolucionarias, un panadero que lleva despertándose a las cuatro de la mañana desde hace cincuenta años para hacer el pan, un conductor aburrido de cara abatida y con ganas de terminar la jornada para ir a casa a encender la tele, un alto ejecutivo pensando cómo suplir su dosis de cocaína para el fin de semana mientras hace un swing al hoyo tres, un vendedor telefónico de artilugios innecesarios, un habitante selvático que debe recorrer doce kilómetros para ir a trabajar en el granero del caserío mas cercano.

Esta mañana pensé que era un don nadie que tenía un viaje para Londres el próximo domingo y que tenía previsto estar unos meses allí sin muchos planes concretos pero con una sensación de huida temporal. Eso pensé y acerté.

domingo, octubre 02, 2005

Una judicial

Las leyes, el sistema, el orden. Este es el retrato oficial de un juez juzgando con sus leyes. Un conjunto de personas reunidas por situaciones tan abyectas como la carne descompuesta, tratando de discernir quién es el menos culpable de todos: el juez, los testigos, el fiscal, los abogados, el acusado, los guardias, el público. Eventos que demuestran el morbo humano afinado desde que la civilización existe como tal. ¿Juzgaban así en los tiempos de Hammurabi? No me sorprendería. Son sitios donde se ve la parte mas indigna de cada persona, y donde cada uno se intenta mostrar grande e imponente, de acuerdo a su papel. Es de suponer que en tiempos de Hammurabi el juez enseñaba su superioridad intelectual con la posesión de bienes (mas o menos como ocurre actualmente: tampoco han cambiado sustancialmente las leyes). Bienes tales como partes de carne, las mejores vacas cortadas y mostradas durante el juicio como posibles recompensas a quién se comporte de acuerdo a las reglas descritas (no necesariamente acordadas). En otras épocas, se usaban pelucas imposibles: blancas y ensortijadas; ahora, se llevan, por lo menos, togas impolutas y escenarios de maderas exclusivas, mostrando la superioridad de una de las partes: el juez. La sinceridad y la justicia se representan por la calidad de la carne exhibida.

Gracias Bacon.

sábado, agosto 06, 2005

Pesadillas estivales

Comprobado. El verano (la peor estación del año) me hace aumentar el índice de pesadillas por noche. Incluso ya estoy llegando a sentir que voy de viaje cuando me voy a encontrar con Morfeo. Como quien va a la guerra y su madre lo despide de un beso en la frente. Momentos en los que se sabe que solo hay incertidumbre allí afuera. Que abres una puerta que siempre debió permanecer cerrada. Ayer, en medio de la duermevela, me percaté de que había un desconocido a mi lado. Mientras retomaba la historia de mi vida en el momento que la dejé antes de ir a la cama, sentía pavor, miedo. ¿Quién estaba a mi lado? Llegué a pensar que era domingo y que la juerga del sábado habría sido antológica y por eso estaba acompañado. Sentí que llevaba años de casado y que en cualquier momento los niños gritarían desde su habitación para despertar a sus progenitores. Sentí que vivía en Bangladesh y que eramos muchos y muy pobres, así que compartía mi cama con algún familiar obeso. ¿Quién era yo? ¿Qué había antes de irme a la cama? ¿Lo que dejé al dormir merecía la pena? ¿Qué he dejado? Tardé demasiado en recordar.


Es la misma sensación que se tiene cuando uno despierta en un hotel o en otra ciudad cuando está de viaje, la misma sensación pero durante mucho mas tiempo. Como la sombra que sigues para ver dónde termina y ves que a pesar de hacerse estrecha, se alarga casi hasta el infinito. Y aumentas la velocidad para llegar al final mas pronto y solo consigues alimentar mas ansiedad, un ciclo infernal. Los latidos aumentan y la duermevela se aferra mas. Ya, era yo. El mismo. No habría nada mas de que quejarse, me recordaba. Nada por que luchar. La situación no había cambiado y no había nada distinto, las cosas están como cuando las dejé.


Es inevitable pensar que cada vez que voy a cama siento morir. Muero todos los días. Por obra de la naturaleza, mi yo, mi extensión material y el resto del atrezo se unen de nuevo en las mañanas, con el ruido de las palomas que me despiertan, con la radio anunciándome una nueva tragedia, con la sensación de repetir el día como el de ayer, con la idea de volver a retomar mi vida y preguntarme qué hago aquí y por qué. Muero todos los días.

sábado, junio 25, 2005

Revelación

Das na barajusta mirac, en caqesa dabie al cantutisa banqre das queien eqso i peoqdetora cicuenza tieraono yumin pionala sica tomien. adhuc! adhuc!

lunes, junio 20, 2005

Hoy

Organizando los papeles de mi escritorio, encontré una carta del loco. Pego un extracto:

(...)
Hoy. De nuevo con ganas de no existencia. Siento, que al salir de mi caparazón, de mi concha, de mi pequeño, erróneo y brutal universo, al salir, veo cosas que me resultan cada vez mas incomprensibles. Situaciones insólitas, extrañas, sobre todo por su falta de sentido, de orden. La luz llega a mis ojos. La única interpretación que puedo darle a la sinrazón que transmiten las imágenes que percibo, es funesta, triste. Y me comporto y actúo y miro y absorbo. Y me acongojo y me preocupo aún más. Qué hago yo aquí, quién me puso aquí, por qué tengo que aguantar esto. Muchas preguntas viejas conocidas que me asaltan recurrentemente como asaltantes de caminos medievales.

Valores que no sigo. Inquietudes terriblemente vacuas. Otro orden de ideas, de estado, que no comparto, que me cuesta compartir, que intento compartir pero que no es posible aceptar. Puedo fingir hasta cierto punto. El punto en el que ya nada tendrá sentido y que no veo extraño. ¿Qué tengo que hacer para solucionarlo? Seguir fingiendo normas, hábitos. Hablo de la sociedad, de la vida, del comportamiento de la gente, de la abyecta obligación natural a ser gregarios. Oculto mi inconformismo a esto, a la sociedad, a la vida. A la vida de 8 horas al día, y sonrisas por la tarde, y tonterías por la noche. Reniego y oculto. El día que deje de ocultar significa el fin de quien esto escribe. Ya sea por la coincidencia con su fin biológico o su fin de pensamiento, es decir, el mismo fin, y a veces la finalidad. Una perogrullada, lo sé. Pero son cosas que parecen no quedar claras si no las dices o las escribes. ¿Qué tengo que hacer? Nada! Hoy, es uno de esos días en los que recuerdas lo insoportable que es la vida. Y hasta Cioran empieza a ser un generador de tautologías sin soluciones. ¿Quién tiene soluciones? ¿Quién quiere soluciones? ¿Y mañana? Mañana no existe, jódete.
(...)

domingo, abril 10, 2005

¿Por qué juzgamos sin tener en cuenta la perenne relatividad de nuestras creencias? (cosa que, o no sabemos o tendemos a olvidar con demasiada frecuencia).

martes, marzo 08, 2005

Putrefacción

Como si pedazos de mi quijada estuvieran descompuestos y cayeran, putrefactos. Un dolor angustioso que me hace sentir cada nervio, cada cable de dolor. Nunca imaginé que ese gran árbol con millares de raíces fuera de tal tamaño. Ahora tengo consciencia de cada raíz, el dolor hace que las vea y entienda, sienta a todas en un mismo instante, como un fotograma. Hablo y salen colores, rojos como el palpito de la encía. Pienso y mi vista se nubla de gris. Imagino el movimiento ritmico del dolor y termino oliendo a putrefacción. Ahora hay solo un sentido, el dolor. Mientras, siento corrientazos continuos de gran voltaje, embestidas de toro sobre mi diente.

lunes, marzo 07, 2005

Sobre

Con el corazón latiendo como si respondiera a mil estertores seguidos, llegué a la puerta. Me costó mucho sacar las llaves de la mochila, elegir la correcta. Un gran desespero, como si el mundo se estuviera acabando fuera de casa. Dentro, mi salvación. Finalmente encontré la llave correcta. La señora tejía en la sala. Me miró por encima de sus lentes oblongos en señal de saludo. Hice lo mismo moviendo mínimamente mis cejas. Suficiente saludo, me dije. Entré a la habitación. Retiré algo de caos de mi cama y puse allí la mochila. El sobre era blanco y estaba arrugado. Tantos empujones en los autobuses, tanto afán por llegar. La situación anterior se veía reflejada en los pliegues de ese sobre. Tres horas atrás estaba perfecto, impoluto. Ahora, y como me habría de comprobar luego, mi atroz influencia, mi sino, mi mal humor, había obrado en él: en tres horas casi destruido. Al abrirlo encuentro por fin las decenas de caracteres, el galimatías, que me había sido enviado desde España dos días atrás. La orden estaba clara. Debía seleccionar sólo los números, desechar los primos, usar el número resultante y luego destruir el papel. Contrario a las instrucciones tomé otro papel y empecé a copiar allí la respuesta. Solo los números no primos. Ya tenía el número correcto, veintisiete cifras. Y allí empezó mi verdadera pesadilla.

martes, marzo 01, 2005

Por qué el Papa sí es culpable

Algunas personas dicen que pobrecito el Papa, que por qué hay gente que lo odia, que qué intolerantes somos ante el Papa que "solo piensa distinto", que por qué si no estás de acuerdo con su forma de pensar lo criticas, incluso que bárbaros aquellos que insinúan que lo dejen morir paz (ya no hablo de eutanasia!)

De acuerdo, desear la muerte de alguien es excesivo. Pero es que el Papa no solo es un cura, no es una persona corriente. Es la persona que simboliza y mantiene (?) el poder de la iglesia que tanto hace por los pobres como prohibir el uso de condones, las pastillas, etcétera (sobre todo en los países pobres donde la religión suele estar mas enquistada en la mente de la gente).

Es aquel que tiene poder (lamentablemente) para empezar a solucionar algunos problemas mundiales pero con el retroceso que su institución y en particular su gobierno (cual rey) ha hecho todo lo contrario.

Lamentablemente las decisiones del Papa no son inocuas. Lo que piensa y hace tiene efecto directo en cientos de millones de personas (no digo en Europa donde la gente suele pasar de muchas de las directivas católicas).

El Papa es el personaje que representa a la iglesia católica y por tanto es la figura a la que podemos hacer responsable del desastre que esta cometiendo esa iglesia con la gente pobre (eso si que es un pecado y no lo que dicen que es)

Sin embargo todo eso no es suficiente para desearle la muerte, hasta que ves sus estragos en vivo.

domingo, febrero 27, 2005

Sátiro

Anoche, digo, esta mañana, después de una larga velada con algunos amigos, me disponía a volver a casa andando. El frío y el cansancio me obligaron a tomar la decisión de ir en taxi. Caminando por la carretera junto a la línea de los coches, veía cómo pasaban los taxis sin su luz de libre. De repente uno de ellos se detiene 10 metros mas allá y enciende su luz verde. Con la inercia que llevaba, paso junto a la ventanilla del taxi, le hago señas para ver si está en servicio realmente. "Que sí", me dice con un gesto.

Me subo al taxi, le doy la dirección y empieza su discurso. "No sabes lo que me ha pasado hace un momento, macho!". "¿Qué cosa?", digo. El taxista empieza a contarme que llevó a un hombre hace unas horas, con el que después de ver una pareja follando en un coche cercano y de ver unas revistas pornográficas, se dedican al onanismo grupal y todo producto de una casualidad digna de película mala. Luego me habla de otro "servicio" que hizo con un personaje que se ofreció para hacerle una felación y él, como podrán suponer, dijo que sí.

Finalmente, y al llegar a mi calle y cerca del portal de mi casa, dice: "por eso, por aquí estamos a la orden". "No, más allá, el otro portal", le digo. Y me bajo en un portal cercano al mio. Le pago soltando las monedas desde varios centímetros de sus manos y me bajo haciendo el paripé de estar buscando las llaves. Con el rabillo del ojo veo que ha dado la vuelta en el taxi y me apresuro a subir a mi casa.

Al llegar a casa hago el inventario de lo que ha sucedido. La luz la encendió porque me vio, sí que estaba de "servicio" (y no lo que me dijo que justo iba a rescatar a un amigo varado), el golpe que le dio un borracho al cristal del taxi hizo que supiera lo peligroso que era este taxista (porque gracias a mi, según él, no había parado y no se había bajado a romperle las costillas al desconocido con la "varilla que tengo debajo del asiento" ).

No deja de asombrarme que después de estar hablando de situaciones similares me suceda una como esta. Bueno la verdad tampoco le doy mucha importancia. La probabilidad de encontrar un taxista sátiro en una noche madrileña es muy baja.

Es inevitable pensar (y de hecho la recordaba el mismo día) en la película Blue Velvet de David Lynch. El mundo tiene muchos ángulos, muchas cosas pasan de las que no nos damos cuenta o que tendemos a olvidar que están allí. Para explicar de una forma maniqueísta, existen dos mundos, uno de maldad, y otro superficial. Existen puertas para ir de un lado a otro y ayer yo abrí una, la del taxi. Vi y pude salir (sin riesgos para mi integridad física). Una explicación mas real, es que el mundo es uno y todo lo que te puedas imaginar pasa. Todo.

martes, febrero 22, 2005

Prejuicios

Me subo al avión que me llevará de vuelta a Madrid y veo una persona buscando su sitio con el periódico El Espacio en la mano y en la otra un libro de Metafísica 4 en 1. Dios! que no se siente a mi lado, pido! (no se a quien pero pido!). Tengo una (muy) vaga idea de que va todo ese tema del libro aquel. La portada me parece reconocible (claro! con ese nombre!). Y prefiero no terminar con una "metafísica" a mi lado. ¿Por qué siempre existe una alta posibilidad de que la persona que se sienta al lado en un avión te hable e intente congeniar? (Aparentemente -y según mi incipiente y estúpido estudio del tema- suele ocurrir mas en viajes de largas distancias). En mi viaje de ida me senté al lado de una chica que sonreía extrañamente justo antes de que me sentara. (¿y de que se ríe? ¿tendré crema dental en mi barbilla de nuevo?). Me siento y aunque no se ha movido el avión y ya me he enterado que vive en Holanda, que vivía en yo-no-se que sitio antes y que los Holandeses son Ateos!!!! (en plan indignación). "Es increíble" dice. "pero es que pasan totalmente del tema". "¿No te parece increíble?". "Creo que cada cual hace con su vida lo que quiera siempre que no joda al prójimo", digo. "Oh! no me digas que tu eres ateo?". Ojos desorbitados, más indignación, a pesar de que no he dicho nada. ¿Que pasa? ¿si digo que soy ateo me dejarás tranquilo? ¿Se me nota? Soy lo que tu quieras que sea si me dejas a mi y a mi libro en paz. Eso pensaba. Lamentablemente no fue posible parar la conversación.

Sobre El Espacio. Es un periódico (?) que nos enseña la verdadera Colombia, no la que sale en sus páginas (que suelen salir mutilados, o cualquier cosa gore) si no la que lo compra. Para los que no lo conozcan: sus titulares están en rojo,suele tener alguna foto de algún accidente en su portada, en la parte final salen viejas en pelota, tiene una gran sección de tarot o como se llame, y la redacción bueno la redacción esta en línea con lo demás (según mis vagos recuerdos del tema).

Frase generadora de prejuicios: Dime qué lees y te diré quién eres.

Es inevitable. Nunca he podido evitar generar prejuicios de cosas así. Recuerdo el primer libro que compré con mi propio dinero, tendría... no sé... 15 años o algo así. Pues no tenía ni idea de qué comprar y lo quería hacer no por amor a la lectura ni esnobismo cultural (por dios! tenía 15 años! no tenía siquiera uso de razón), sino por el mismo hecho de hacer el intercambio de dinero por letras, mercantilismo que llaman, hombre! Era un libro que parecía un estudio serio sobre los ovnis o algo así. Lo vi en la librería, leí la contraportada, lo pagué y me fui a casa. Lo abrí, leí algunas paginas, ojeé el resto, bajé corriendo por la escalera y lo tiré en la basura (junto a la orgánica). No podía existir un libro así!!! por dios! no voy a dar la posibilidad de que alguien pierda su tiempo como yo!

Todavía tiemblo cuando veo libros de autoayuda en las manos de las gente, en la calle, en el metro... Los veo como armas peligrosas, armas de destrucción masiva... de tiempo! (no digo de mentes que eso sería exagerar).

lunes, enero 17, 2005

Sin alma

El alma sin redimir y sin cadenas
ha salido despedida
pero no todo se ha llevado
un vacío ha dejado, una opresión
se va dejando
!Vuelve trayendo! grito

jueves, enero 06, 2005


Quisiera ser El Bosco para poder pintar mis sueños.

miércoles, enero 05, 2005

El Eso

Pasa el tiempo mientras esperamos eso. El Eso que ni siquiera sabemos qué es. Pero lo esperamos. Dirigimos nuestras acciones hacia la inmediatez esperando la llegada de Eso. Eso que es lo que da significación a nuestras vidas. Eso que no sabemos si podremos resistir cuando aparezca. Algunos buscamos otros esos en otros sitios, proyectamos nuestro Eso en otras cosas, circunstancias, deseos. Vemos a Eso como el cenit de nuestra miserable vida (que dejaría de serlo entonces).

¿y si el Eso aparece un día? ¿Si lo ves muy cerca? desconcierto, desasosiego, incertidumbre, inestabilidad, miedo. El suelo se mueve, los cimientos se tambalean, la aparente estabilidad mental desaparece, pierdes el control. El Eso, la perfecta conjunción, desestabiliza de una forma definitiva. Sucumbimos ante el Eso de una forma patética, triste, mortal. Pero nos atrae como la luz a los insectos y con la misma capacidad de estos para tomar el control. Nuestra perdición.

Y está ocurriendo...

Nota: Escrito, lamentablemente, en plural mayestático